lunes, 7 de enero de 2019
Obsequio
Si tan solo pudieras verme ahora.
Recogerme, vestirme, alimentarme.
Sí, porque eso haces con tus gráciles manos.
Necesidades básicas de supervivencia,
porque justamente, sin ti, no estoy vivo.
Hay un lugar dentro de ti donde yo sonrío, donde duermo en paz.
Pero despierto y me olvido que estás allí.
Y no puedo mantenerme en sueños.
Es mejor que estés lejos.
Lejos de toda esta oscuridad que hiere, que estruja sin dejarte morir.
Que cuando me percato ya adelantó su paso, dejándome solo su sonrisa amenazadora.
Me está adiestrando sabes. Me encamina en cada despertar.
Se ha convertido en una fuente que pierde su densidad en la jornada repetida.
Estoy sin ganas y tratando de estar contento.
Valió la pena que me amaras, me protegiste, me obsequiaste vida.
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